La etimología de la palabra vocal nos lleva a la lengua latina, más precisamente al vocablo vocalis. Se trata de un término que, en nuestro idioma, puede utilizarse como sustantivo y como adjetivo.
La salud vocal, en este contexto, es el punto fundamental sobre el cual deben trabajar los profesionales de la voz. En primer lugar, es necesario rechazar absolutamente el tabaco, tanto de forma activa como pasiva: fumar o estar cerca de un fumador es perjudicial para cualquier persona, pero especialmente para quienes usan su voz como herramienta de trabajo.
Si bien no fumar puede resultar difícil para quienes hayan caído en el vicio antes de comenzar su formación vocal, es cierto que muchas personas nunca se sienten atraídas al tabaco, especialmente aquellas que desde pequeñas han sentido una vocación relacionada con la voz. Otro de los consejos importantes para mantener la salud de las cuerdas vocales es evitar los gritos por todos los medios: si estamos muy enfadados, es preferible golpear un muro; si queremos llamar a alguien que se encuentra lejos, corramos.
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