Tumulto, con origen etimológico en el latín tumultus, es un término que hace referencia al bullicio, el griterío o el desorden que provoca la acción de una muchedumbre. De acuerdo al contexto, el concepto puede referirse a diferentes situaciones.
El tumulto puede definirse desde un punto de vista físico, como un grupo numeroso de gente, o emocional, como el resultado de una reacción en cadena que puede comenzar por el accionar de una sola persona. Debemos recordar esto en todo momento, la facilidad con la cual se contagian las emociones, para mantener la cordura y no desviarnos de nuestro objetivo último: hallar la salida. Además, si alguien nos ataca, independientemente de nuestra postura frente a la violencia física, tenemos derecho a defendernos, y de esto puede depender que consigamos salir con vida.
Quizás el mejor consejo de todos sea caminar sin cesar, nunca detenerse, y evitar cruces de miradas con los demás participantes, especialmente con los “agitadores”. Si mantenemos la cabeza gacha sin perder la percepción de nuestro entorno, entonces tenemos más posibilidades de alcanzar la meta. No olvidemos que en medio de una situación descontrolada no conseguiremos dialogar, por lo cual nuestra mejor opción es abandonar la zona cuanto antes.
Por último, nuestro movimiento debe ir siempre en la dirección de la mayoría, ya que si vamos en contra de la masa tenemos más probabilidades de ser atropellados o atacados. Mientras podamos identificar el extremo del tumulto por el que hayamos decidido salir, solamente necesitamos caminar con toda la calma posible.
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