En el latín. En esta lengua es donde se encuentra el origen etimológico de posventa, que es fruto de la suma de dos partes diferenciadas: el prefijo “post-”, que es equivalente a “después”, y “vendita”, que puede traducirse como “la acción y el efecto de vender algo”.
La posventa, en otros casos, constituye un mantenimiento de las instalaciones o las maquinarias vendidas. De este modo, el usuario se asegura el adecuado funcionamiento de aquello que compró.
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