El término cardias procede de kardía, un vocablo griego que puede traducirse como “estómago”. El concepto se emplea para nombrar a la abertura que, en los animales vertebrados terrestres, permite establecer una comunicación entre el esófago y el estómago.
El funcionamiento del cardias, que se desarrolla de manera inconsciente, impide el reflujo de la comida que ingiere una persona. Por eso los trastornos del cardias pueden generar reflujo gástrico. Cuando se produce un cáncer en el cardias, por ejemplo, el sujeto no puede ingerir alimentos sólidos.
El cardias presenta fibras de músculo liso, que también componen el esfínter esofágico inferior. La relajación coordinada de estas fibras permite la deglución, mientras que la contracción evita el mencionado reflujo. Si el cardias no se cierra del modo adecuado y permite el reflujo, suele hablarse de cardias incompetente.
Si una enfermedad exige la extirpación del cardias, se lleva a cabo una intervención quirúrgica que se enmarca en el conjunto de las gastrectomías: las operaciones que implican remover, ya sea total o parcialmente, alguna estructura del estómago. Cabe destacar que el cardias puede ser reemplazado por un órgano artificial.
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