Laudo es un concepto que se utiliza en el ámbito del derecho para nombrar a la resolución dictada por un árbitro o un amigable componedor que permite dirimir un conflicto entre dos o más partes.
Es posible distinguir entre diversos tipos de laudos, como los laudos de derecho, los laudos de equidad, los laudos totales, los laudos parciales y los laudos definitivos, por ejemplo.
El laudo total es aquél que logra resolver todos los puntos que dieron lugar al litigio, mientras que el parcial se da cuando tan sólo uno o algunos de los puntos de la demanda reciben una solución. El laudo definitivo (o firme) es aquél en el cual se encuentran todos los puntos legales controvertidos que fueron sometidos al tribunal arbitral, así como cualquier decisión que éste haya determinado de manera definitiva sobre cuestiones o sustancias procesales o de su competencia y que haya calificado como laudo.
Un laudo consentido tiene el fin de elevar una transacción en la que intervienen dos partes a un laudo; en otras palabras, busca darle un título ejecutivo a la misma. Cuando una de las partes se niega a participar del proceso y el tribunal arbitral no tiene otro remedio que hacer su trabajo sin su presencia, se habla de laudo en rebeldía.
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