Una regla de correspondencia consiste en asignar un elemento único de un cierto conjunto a cada elemento único de otro conjunto. Este concepto es de uso frecuente cuando se trabaja con funciones matemáticas.
Dominio = {3,4,5}
Codominio = {9,12,15}
Esta regla de correspondencia también puede graficarse. Hay que incluir cada elemento dentro de su correspondiente conjunto (3, 4 y 5 en el conjunto A y 9, 12 y 15 en el conjunto B) y luego unir cada elemento con una flecha de acuerdo a la regla de correspondencia.
Pero las reglas de correspondencia no se limitan a estas dos posibilidades; por ejemplo, la no unívoca se da cuando existe como mínimo un elemento del primer conjunto para el cual hay dos imágenes o más. El ejemplo antes mencionado no serviría para entender esta situación, ya que a cada número sólo le corresponde un triple; pero, si hablamos de un conjunto dominio de personas y uno codominio de países, y los relacionamos según los países que cada persona haya visitado, es probable que algunas no hayan viajado nunca, que otras simplemente hayan ido a uno solo y que el resto hayan conocido más de uno.
La correspondencia unívoca, no biunívoca, por su parte, es aquélla en la cual a cada elemento del dominio le corresponde una sola imagen, pero esto no ocurre en sentido contrario. Si ninguna de las personas del ejemplo anterior ha viajado a más de un país, pero sí dos o más de ellas han visitado el mismo, entonces ese país tiene dos o más orígenes.
A la hora de establecer una regla de correspondencia, debemos tomar en cuenta diferentes elementos y conceptos. Uno de ellos es el rango, que define el conjunto de valores posibles para la variable dependiente, o sea, la que depende de la escogida en el dominio.
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