La primera acepción del término calaña mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario hace referencia a una apariencia, un patrón o un modelo. El concepto suele utilizarse para aludir a la naturaleza o la condición de algo o de alguien. Un cronista que informa sobre temas policiales, por su parte, puede hablar de un asesino de la “peor calaña”. En este caso el periodista intenta transmitir que el individuo no solo es un asesino, algo que ya es condenable, sino que además está entre los más despreciables de su clase. Esto puede deberse a su crueldad, a las victimas que elegía o a otro factor. La expresión “baja calaña”, por su parte, hace hincapié en aquel o aquello que, simbólicamente, no tiene estatura o nivel. Si se indica que un delincuente es de “baja calaña”, se alude a que se trata de un ladrón de poca monta. Calañas, por último, es un municipio de la provincia española de Huelva, en la Comunidad Autónoma de Andalucía, que cuenta con poco más de 4.000 habitante...
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