Reducto es una noción cuyas raíces etimológicas nos llevan a reductus, un vocablo que pertenece a la lengua latina y que puede traducirse como “retirado, apartado”. La acepción original del término, de acuerdo a lo que estipula la Real Academia Española (RAE) a través de su diccionario, refiere al refugio o la fortificación que se desarrolla en un contexto militar para proteger a las fuerzas.
Un reducto de seguridad es aquél que una tropa construye dentro de uno más grande o en medio de un fuerte que desea proteger especialmente y que puede servir como recurso si se vuelve necesario abandonar la posición principal.
Más allá de este concepto militar, la idea de reducto se utiliza en el lenguaje coloquial para hacer mención al lugar protegido o resguardado. Un reducto también puede ser el sitio al que, por diversos motivos, sólo acceden ciertas personas.
Por ejemplo: “Este barrio se ha convertido en un reducto de narcotraficantes y delincuentes”, “El bar de Miguel es el último reducto de la ciudad para beber un buen vermut”, “El equipo sufrió la primera derrota de la temporada en su reducto, cortando una racha invicta de ocho partidos”.
Tomemos el caso de un bar en el que suelen reunirse jóvenes góticos y de la tribu urbana conocida como emo. Allí pueden escuchar la música que les agrada y compartir temas de interés común. De este modo, puede decirse que el bar en cuestión es un reducto gótico o emo.
También puede considerarse como reducto al estadio de un equipo de fútbol. En este sentido, se puede indicar que el reducto del FC Barcelona es el Camp Nou, mientras que el reducto del Real Madrid es el Santiago Bernabéu.
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